lunes, agosto 27, 2007

¡NO TENEMOS OPCION!

Todos sabemos que en Valle Hermoso de lo que depende nuestro bienestar y que es centro de nuestras actividades económicas es la agricultura. Todos hemos oído también del Cambio Climático, de sus efectos y consecuencias; hemos visto como han disminuido las lluvias o que las estaciones del año no están definidas y como las cosechas ya no son las mismas.
La verdad es que es culpa y responsabilidad nuestra, hemos depredado nuestro ambiente. Acabamos con las cortinas rompevientos en nuestro afán de ganar más y estamos a punto de perderlo todo. Solo cultivamos sorgo y maíz y sabemos que el monocultivo empobrece al suelo.
Todos estos errores tienen consecuencias y no es consuelo saber que en todo el mundo ha pasado lo mismo y todos cometimos los mismos errores.
Ha llegado el momento de cambiar el enfoque y regresar algo a la tierra que nos ha dado todo. Aun así, todavía oigo opiniones de que los árboles quitan humedad, que nos hacen perder hasta seis surcos y que esa pérdida en las actuales circunstancias no podemos permitirlo, que los pájaros anidan y se comen el grano, que son refugio de plagas, etc. etc. etc. etc.
Nos llegó la hora en que no caben pretextos ni justificaciones, porque nos queda poco tiempo, muy poco. Cada año notamos mayores tolvaneras, la poca tierrita buena que queda se la lleva el viento; menos agua, tan es así que hasta se habló de reducir la superficie de riego. ¿Cómo podemos remediarlo? Plantando cortinas rompevientos. Arreglar lo que descompusimos.
¿Porqué las cortinas rompevientos son la solución?
- Disminuyen la velocidad del viento y por lo tanto la erosión que causa.
- El viento es el principal factor de pérdida de humedad en la planta y en el suelo.
- Los vientos fuertes estresan la planta disminuyendo su capacidad de asimilación de los nutrientes.
- Cortinas bien establecidas pueden aumentar hasta un 35% la productividad.
¿Qué otra opción tenemos? Ninguna. Quizá es la última oportunidad de mantener nuestro nivel de vida.
¿Qué costará dinero? Veámoslo como una inversión, esto es más importante que comprar un tractor nuevo o equipo que sea el último grito de la tecnología, Porque, ¿de que nos servirán si en diez años nuestra tierra no sirva y no haya agua para regarla?
Sin embargo, no es un trabajo ni un gasto que debamos hacer solos. Existen programas y fondos gubernamentales e internacionales, para que en forma conjunta, en corresponsabilidad, llevemos a cabo en beneficio de nuestras futuras generaciones.
Solo necesitamos ponernos de acuerdo, organizarnos y actuar.
Si Dios hizo al Hombre el rey de la creación, ¿Qué rey quisiera ver destruido su reino? Y si nos la dejó encargada ¿Qué cuenta le daremos?

Héctor Manuel Bonilla


artículo publicado en la revista pastoral “La Misión” de Valle Hermoso, edición de mayo/2007