Así como mantenemos una posición crítica respecto a las acciones gubernamentales relativas al ambiente, asimismo reconocemos que después de tres años participando en convocatorias del Indesol nuestra organización ha sido apoyada para realizar un proyecto de Desarrollo Rural Sustentable. En este caso de capacitación e instrucción en el uso de las maderas nativas de la Sierra de Tamaulipas, con tecnología simple que no requiere de energía eléctrica y que les permitirá agregar valor a sus recursos forestales.
En nuestras visitas preliminares a las comunidades de la Sierra de Tamaulipas detectamos la preocupación de los pobladores del área por encontrar alternativas a la producción de carbón, por los magros ingresos que obtienen como trabajadores y usufructuarios del bosque en esta actividad, recibiendo solo uno o dos pesos por kilogramo, mientras que los intermediarios y acopiadores se llevan las utilidades. Por otro lado otros beneficiarios son los prestadores de servicios técnicos que realizan los proyectos de aprovechamiento para obtener los permisos y que se han convertido en una mafia depredadora que no toma en cuenta los efectos económicos y ambientales de la actividad tal como se realiza actualmente. Un ejemplo de esto es el uso indiscriminado de especies para la elaboración de carbón. Se supone que para la elaboración de carbón se utilicen los árboles yescados, enfermos o muertos y no árboles jóvenes y sanos. Y en la saca de postes para cercados, árboles de rápido crecimiento como la barreta (Helietta parvifolia). En el primer caso se usan árboles sanos y en el segundo encontramos que se están cortando ébanos (Pithecellobium flexicaule) de 6 a 25 cm de diámetro, cuando es una especie de muy lento crecimiento y una fuente importante de alimento de la fauna, así como uno de los árboles preferidos para la anidación.
Para la realización del proyecto habíamos limitado a tres comunidades de la Sierra como objetivo, sin embargo es necesario extender más nuestra acción por lo que a los poblados originales de “El Sabinito” y “Pobladores de México” del municipio de Soto la Marina hemos sumado uno del municipio de Llera, “El Chijol” y uno del municipio de Casas: “San José del Valle”.
En nuestras visitas preliminares a las comunidades de la Sierra de Tamaulipas detectamos la preocupación de los pobladores del área por encontrar alternativas a la producción de carbón, por los magros ingresos que obtienen como trabajadores y usufructuarios del bosque en esta actividad, recibiendo solo uno o dos pesos por kilogramo, mientras que los intermediarios y acopiadores se llevan las utilidades. Por otro lado otros beneficiarios son los prestadores de servicios técnicos que realizan los proyectos de aprovechamiento para obtener los permisos y que se han convertido en una mafia depredadora que no toma en cuenta los efectos económicos y ambientales de la actividad tal como se realiza actualmente. Un ejemplo de esto es el uso indiscriminado de especies para la elaboración de carbón. Se supone que para la elaboración de carbón se utilicen los árboles yescados, enfermos o muertos y no árboles jóvenes y sanos. Y en la saca de postes para cercados, árboles de rápido crecimiento como la barreta (Helietta parvifolia). En el primer caso se usan árboles sanos y en el segundo encontramos que se están cortando ébanos (Pithecellobium flexicaule) de 6 a 25 cm de diámetro, cuando es una especie de muy lento crecimiento y una fuente importante de alimento de la fauna, así como uno de los árboles preferidos para la anidación.
Para la realización del proyecto habíamos limitado a tres comunidades de la Sierra como objetivo, sin embargo es necesario extender más nuestra acción por lo que a los poblados originales de “El Sabinito” y “Pobladores de México” del municipio de Soto la Marina hemos sumado uno del municipio de Llera, “El Chijol” y uno del municipio de Casas: “San José del Valle”.
