jueves, julio 15, 2010

Ejido Felipe Ángeles. Casas, Tamaulipas.

La comunidad del ejido “Felipe Ángeles” se encuentra situado a 7 km de la carretera vieja Victoria-Soto la Marina en el kilómetro 79.En las coordenadas 23° 31´39.38”N, 98° 29´26.17” a una elevación de 434msnm. La superficie de que está compuesto el ejido es de es de 3462ha, dotadas en la ejecución del decreto de 1951, afectando al rancho “Los Ángeles” con 792 ha y el resto al rancho “La Florida” antes denominado “Palo Gacho”. La solicitud de dotación se realizó en 1933. Los ejidatarios miembros son 64 y actualmente el poblado o área urbana del ejido tiene 29 solares de 50 x 50m habitados con por total de 150 personas aproximadamente. Cuenta con una escuela de una sola aula, en donde asisten niños a preescolar y primaria; la secundaria y grados superiores las cursan en las cabeceras de Casas, Soto la Marina y Ciudad Victoria. Los actuales ejidatarios que forman el consejo directivo o Comisariado ejidal son: Guadalupe Barrón Zúñiga, Presidente; Samuel Barrón Ortiz, Secretario; Salomón López Alonso, Consejo de Vigilancia y Esteban López Alonso, Tesorero.
La comunidad y área urbana está situada en una zona que sido poblada por más de 220 años. Los pobladores, aunque proceden de diferentes regiones del centro del estado, como el IV distrito en el Altiplano y del piedemonte de la vertiente oriental de la Sierra Madre al norte de Ciudad Victoria, poseen una identidad ligada a su ejido, su historia, costumbres y cultura rural local.
La fuente permanente de agua ha propiciado el asentamiento humano desde antes de la llegada de los españoles en las postrimerías del siglo XVIII. El grupo indígena nativo, los Pasitas, poblaron la Sierra de Tamaulipas posteriormente a la desaparición de la cultura Huasteca. Era una tribu de recolectores y cazadores y para su pacificación y evangelización se fundó en el lugar la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de la Boca de los Ángeles en 1791, cuyos restos arquitectónicos persisten y han sido clasificados por el INAH como de interés histórico. La misión fue quemada por los indios en el año de 1800, sin embargo aunque no existe información documental la actividad principal hasta mediados del siglo pasado fue la ganadería, la agricultura de subsistencia y en el caso específico de “Los Ángeles” como se le llamaba a la congregación antes de su constitución como ejido, existió una industria de curtiduría hasta 1970.

A pesar de que en la región noreste la cultura rural ha ido diluyéndose paulatinamente, por razones que van desde una subvaloración de la vida rural, el bombardeo mediático que exalta la vida urbana como la mejor, la despoblación del campo por falta de oportunidades y financiamiento, así como el descuido oficial, existen comunidades en que la gente mayor, conscientes de los valores culturales de que son depositarios, tratan de transmitirlos a las nuevas generaciones. En el caso de esta comunidad el depositario de la tradición es el Sr. Genaro Barrón Medina, 67 años de edad y que conoce la Sierra de Tamaulipas en forma detallada, así como sus tradiciones, costumbres, gastronomía, imaginaria colectiva e historia oral.
En la actualidad, como la mayoría de las comunidades de la Sierra de Tamaulipas, la principal actividad es la forestal y en particular la saca de madera en rollo para postería y la producción de carbón; debido a que las condiciones meteorológicas han cambiado y son desfavorables a la agricultura y la ganadería. Estas actividades han resentido notablemente diversos fenómenos, desde la falta de lluvias o escasez de estas, la no definición de las estaciones del año, una creciente proliferación de plagas como la de murciélagos hematófagos, etc.
El ejido está situado en la vertiente noreste de la Sierra de Tamaulipas, en la zona de transición entre la selva baja y encinos. La superficie del ejido está en buenas condiciones de conservación, las áreas de cultivo son pequeñas, potreros de una o dos hectáreas situadas en la orilla del Cañón de los Ángeles, parcelas que tienen abiertas desde hace 50 años, en donde siembran maíz y frijol para su consumo anual. Las variedades cultivadas son criollas y conservan la semilla para la siembra del próximo año. Practican la caza de subsistencia, pero son receptivos a las recomendaciones de conservación y aprovechamiento sustentable. Están conscientes de la importancia de la biodiversidad y su conservación para el equilibrio ambiental. Entienden las relaciones ambientales de la fauna y la flora y están preocupados por el Cambio Climático.
Si bien en el ejido Felipe Ángeles existe migración, esta se da por razones más de educación que por razones de subsistencia, habiendo casos en los que los jóvenes regresan a integrarse a la comunidad y las actividades de la misma. La población del ejido es de 170 habitantes.
Es una comunidad saludable en sus relaciones hacia adentro, se nota una socialización frecuente, actividades comunitarias informales como la producción de repostería, hojarascas, rosquillas de harina de maíz, etc. en los hornos de piedra y adobe que existen en la comunidad. Como en El Chijol la base de la comunidad son las relaciones de parentesco, en el que el apellido común es Barrón; esta peculiaridad es la principal variable en la armonía comunitaria y la razón de que la organización y estructura ejidal persista. Además hay un respeto por el trabajo comunitario, que ejercen hasta los más viejos. El respeto hacia las personas mayores y su punto de vista es acendrado. Nos tocó asistir a la celebración del 20 de Noviembre, en la que convivieron y celebraron con tamales, tostadas, refrescos y una reunión en el patio de la escuela, cuidadosamente organizada.

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